Los auriculares, ¿el enemigo?
No. El enemigo es el uso irresponsable de los mismos.
El uso de auriculares, dado el carácter privado que otorgan a la escucha, puede ser un problema para muchos padres y cuidadores al no darse cuenta realmente del volumen al que están sonando. La música, ya se sabe, es un placer del que en la infancia y la adolescencia se tiende a querer disfrutar cuanto más alto, mejor.
Los principales consejos para evitar problemas auditivos en niños son no utilizar los auriculares in-ear, habitualmente conocidos como “de botón”; realizar revisiones auditivas periódicas y no permitir a los niños excederse en el tiempo de uso de los auriculares. El uso de auriculares diario recomendado es de una hora.
Contra lo que pueda parecer, recurrir a unos auriculares con aislamiento o cancelación de ruido, puede ser peligroso en el caso de los niños. Es cierto que esta tecnología permite usar un volumen menor, pero también conlleva peligros para los más pequeños. El aislamiento acústico y la cancelación de ruido los priva de escuchar sonidos de alerta que nos rodean, como el claxon de un coche o la llamada de otra persona, pudiendo desembocar en situaciones peligrosas para ellos.
Lo más fácil y seguro es optar por unos auriculares creados específicamente para niños. Por ejemplo, los MEE audio KidJamz 3, diseñados para usar entre los 4 y los 12 años. Son cómodos, se ajustan a la perfección; resistentes a impactos, cuentan con un cable resistente, están disponibles en tres acabados distintos y, lo más importante, incluyen un limitador de volumen que, al activarlo, impide que los niños los usen a niveles perjudiciales para su audición. No obstante, es posible desactivarlo en situaciones puntuales, como en un ruidoso aeropuerto, para que los niños puedan seguir escuchando contenidos.